Los propietarios del edificio expresaron su deseo de no instalar ningún sistema de ventilación mecánico. Por lo tanto, el arquitecto pudo incluir, en las primeras etapas de diseño, la colocación ideal de las aberturas de suministro y escape de aire necesarias en forma de ventanas para tejado y de fachada. Por consiguiente, el accionamiento de la ventilación (efecto chimenea) ofrece el máximo beneficio sin consumo energético.
Tanto los propietarios del edificio como el arquitecto estaban dispuestos a utilizar un concepto de ventilación innovador con ventanas para tejado automáticas. La calidad del aire interior mostró una concentración constante de CO2 muy por debajo de 1000 ppm, por lo que la calidad conseguida fue “entre especial y alta” según la norma. En verano, el enfriamiento por ventilación natural también ha demostrado su valor, con temperaturas equilibradas y agradables.