La nueva habitación de los niños se ha convertido en una sala de experiencias, bañada con luz natural por las cuatro ventanas para tejado VELUX, aprovechando al máximo la nueva altura de la habitación. "Ha supuesto una gran diferencia en la experiencia de los chicos en la habitación: ahora es un lugar en el que quieren estar, mientras que antes no estaban tan dispuestos a utilizarla. El escritorio debajo de las ventanas es un lugar fantástico donde pueden sentarse y dibujar (y hacer los deberes escolares, cuando llegue el momento). Mientras tanto es un gran espacio de trabajo para nosotros, los adultos. Por la noche, los niños pueden tumbarse y mirar las estrellas y la luna desde sus camas; eso es algo que les ha impresionado", revela Morten.